🎈 No nacemos sintiéndonos mal con nuestro cuerpo. Hemos aprendido a sentirnos insatisfechas con él a lo largo de nuestra vida.
Entender nuestras vivencias, experiencias, relaciones y quienes han participado en esa construcción o idea de que no nos guste nuestro cuerpo, es el primer paso para reconciliarnos él.
Nuestro cuerpo es nuestro contenedor, y es importante en la medida en la que nos ayuda a movernos, a llevar a cabo nuestro día a día, a hacer ejercicio, a salir a bailar, a hacer una ruta por la montaña, etc… Pero a nada más.
No podemos empezar la casa por el tejado… por eso es importante que entiendas que antes de que puedas querer a tu cuerpo tienes que aprender a convivir con él, a aceptarlo tal y como es.
Por ello, la aceptación sería el paso previo a querer a nuestro cuerpo. Y esto es algo que pasa con todo, por ejemplo, aprender a aceptar nuestras emociones y pensamientos es el primer paso para que no representen una amenaza.
Gracias por leerme.
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