💣 No busques quien te ayude a sepultar tu llanto, sino a quien pueda acompañar solemnemente y sin juicios, el flujo de tus lágrimas.
Contener el llanto no te hace fuerte, por el contrario, te debilita. Cuando lloras te humanizas, abres la puerta por la que transitan diversas emociones, y que alguna vez quizás te invitaron a cerrar a través de juicios y mandatos como “No llores”, “sé fuerte”, “llorar es signo de inmadurez”, “los hombres no lloran”...
Seguramente quienes intentan sofocar tus lágrimas, lo hacen para evitar la angustia de no saber qué hacer con las suyas.
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